Alquimistas de la ópera
No es fácil, permanecer inmóvil en la silla que me traslada del mundo conocido del siglo XXI a La Mancha del año 1500, es un viaje a través de la alquimia del maquillaje que realiza Azahara, la persona encargada de conducir este extraño carruaje.
Durante hora y media una lluvia de emplastos, sprays, cremas y otros misterios de la cosmética van colonizando la piel de mi rostro, que dejo abandonado en las manos de nuestra chef. Al final del trayecto Don Quijote ha conseguido dejarme completamente a un lado, es una transformación que Aisha Zehni ha perseguido y capturado con su cámara.
El viaje de vuelta es aún más doloroso, termino por echar de menos a mi personaje y me deshago de esta piel prestada con la nostalgia de reencontrarme pronto con él. Como después de una fiesta, solo quedan los ecos, retazos de un tinte blanco sobre mi pelo y algunas sombras sobre los ojos que se resisten a partir y que se marcharán por ese lugar sin nombre al que van a parar las aguas de todas las duchas.
Photos: Aisha Zehni